Pero la historia de los Bomberos Voluntarios, a lo largo de toda la provincia, tiene ejemplos acabados, casi de manual, de lo que es el vaciamiento y la mala administración.
A la par, la ciudad de Paraná ve trastocada su administrativa tranquilidad, con sirenas y ruidosas manifestaciones, con camionetas último modelo, seguramente fruto del esfuerzo de todos.
Los Bomberos son Voluntarios. Es una loable tarea, que en principio no tiene contraprestación. Hoy, al ver millones de pesos bien invertidos en unidades, uno no puede evitar preguntarse, cuanto costaría pagar una obra social para cada elemento vital de esta importante fuerza.
Muchos chicos que aman esta profesión, se llevan unos mangos para la casa. Y en ese sentido, bien merecido lo tienen.
Siento la íntima convicción de que este reclamo no es justo, porque todos los gobiernos los ayudaron. ¿Si son voluntarios, si no tienen dinero, de dónde sacan para comprar costoso equipamiento?
A esta altura de mi vida, no me interesa si alguien se ofende. La verdad, es la verdad, acá y en China. Estos argumentos, se sustentan por sí mismos.
Por eso, hablar de cuestiones políticas en medio de un reclamo de supuestas organizaciones sin fines de lucro, parece un tanto erróneo. Decir que por no escuchar, se perdió una elección, es, cuando menos, de mala leche, y más de gente que ha bebido de la teta del estado, o dicho con otras palabras, ha disfrutado de las mieles del peronismo.
Que no crean algunos que por mandar a otros a llevar su mensaje, no se les nota la mano. Para quien lo sabe ver, las huellas digitales siempre quedan marcadas.
Como medio, Radio La Voz no va a cercenar la expresión. Es el único medio donde cualquier persona puede hablar. Pero no vamos a ser parte, ni a dejar de denunciar, tristes y burdas operaciones de prensa, de quien sea.
Hay instituciones que son sagradas, pero siempre está el que utiliza el prestigio de estas asociaciones, para hacer negocios. Siempre aparece un rastrero.
Hoy, el intendente de Villa Elisa lo es, gracias a Bomberos Voluntarios. Y está bien. Es democracia.
Pero este operativo, me parece de muy bajo vuelo, muy torpe. Y más, teniendo en cuenta que quienes baten el parche, siempre, siempre, vivieron de la teta del Estado. Por eso, jugar para la reina, por dos peniques, no tiene sentido.
La verdad, quienes vivieron la pelea, o quienes solo se sentaron en un sillón que había quedado caliente, no pueden olvidar de dónde viene el medio.
La libertad siempre está. Pero con mucho dolor, tengo también mi derecho de expresar mi opinión. Y repudio estas actitudes.
La mala leche, no sirve. La mala leche... se termina cortando...