En una carta dirigida al obispo de Hiroshima, Alexis-Mitsuru Shirahama, el Papa Francisco sostuvo que hay que pensar en “el despilfarro y la mala asignación de recursos humanos y económicos que conlleva su desarrollo”.
Francisco pidió este sábado “no subestimar los efectos del clima de miedo y desconfianza que genera la mera posesión” de armas nucleares, en un mensaje a los líderes del G7 reunidos en Hiroshima, Japón, blanco de una bomba atómica lanzada por EEUU en 1945 y que mató a alrededor de 140 mil personas.
“Hiroshima, como símbolo de la memoria, proclama con fuerza la inadecuación de las armas nucleares para responder eficazmente a las grandes amenazas actuales para la paz y garantizar la seguridad nacional e internacional”, expresó el Papa en su carta. “No hay más que pensar en el catastrófico impacto humanitario y medioambiental que se derivará del uso de armas nucleares, así como el despilfarro y la mala asignación de recursos humanos y económicos que conlleva su desarrollo”.
El Pontífice además agregó: “Tampoco debemos subestimar los efectos del clima de miedo y desconfianza que genera su mera posesión, que compromete el crecimiento de un clima de confianza mutua y diálogo. En ese contexto, las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgo que sólo ofrece una ilusión de paz”.
En relación a los acontecimientos mundiales de los últimos años, como la pandemia de COVID y la guerra entre Ucrania y Rusia, el Papa expresó que “han hecho evidente que solo junta, en fraternidad y solidaridad, nuestra familia humana puede tratar de curar las heridas y construir un mundo justo y pacífico”. Agregando además que “cada vez ha sido más evidente que en el mundo multipolar del siglo XXI la búsqueda de la paz está estrechamente vinculada a la necesidad de seguridad y a la reflexión sobre los medios más eficaces para garantizarla”.