De acuerdo a lo que informó la curia, la mentada Comisión tiene como objeto principal proponer acciones para definir, orientar e implementar en la Arquidiócesis políticas de prevención de abusos sexuales a menores de edad y adultos vulnerables y de acompañamiento pastoral a quienes denuncien haber sufrido este tipo de delitos.
Ese comité de resguardo a los menores dentro de la Iglesia de Paraná está coordinado por la abogada canonista María Inés Frank, y también lo integran la psicóloga María Paula Nesa y el abogado Pablo Folonier. Precisamente, Folonier fue el primer letrado que asistió a las víctimas del caso Ilarraz, aunque no llevó el caso a los tribunales.
La creación de esta comisión indicaron desde la curiaresponde al pedido del Papa Francisco a las iglesias particulares de manifestar responsabilidad en cuanto a la protección de los menores y adultos vulnerables en la iglesia. Y su misión central será proponer acciones para definir, orientar e implementar en la Arquidiócesis políticas de prevención de abusos sexuales a menores de edad y adultos vulnerables y de acompañamiento pastoral a quienes denuncien haber sufrido este tipo de delitos, se indicó.
No queremos ser simplemente una respuesta a un problema o actuar por reacción, queremos buscar herramientas positivas a la problemática del abuso sexual en su globalidad que excede el plano eclesial, es un problema social que no distingue ni clase social o contenidos culturales; donde no parece hay casos de abuso, indicó Folonier.
Nos queremos caer en una paranoia, pero tampoco en un descuido. Queremos ayudar a identificar las conductas inadecuadas, subrayaron los integrantes de esa comisión, en declaraciones a la radio de la curia, FM Corazón. Sin negar la cuota de dolor y lo que sucede dentro de la misma Iglesia y en rigor de verdad, la gran cantidad de abusos, el 80% de ellos, son intrafamiliares. Mirando todo este panorama nos planteamos que manera tenemos para dar pasos positivos, indicaron.
Y agregaron: En segundo lugar, considerando la labor educativa enorme de la arquidiócesis, queremos aplicar la óptica de la prevención. Con un grupo de sacerdotes y laicos desarrollamos un programa de ambiente seguro que busca brindar herramientas para que el docente pueda identificar los indicios físicos o emocionales de un presunto abuso, también un trabajo sobre el perfil de abusador, describieron.
Por último, la tercera parte Consiste en estrategias de comunicación, es decir cómo proceder o qué pasa si un niño confiesa ser abusado, como reaccionar, que decir, que no decir, toda una serie de cuestiones bien practicas y por ultimo todo el aspecto legal de la denuncia: donde, cómo y cuándo denunciar. Desde el año 2013 lo estamos llevando a todas las escuelas de la arquidiócesis. Primero se lo propuso de modo voluntario y desde este año monseñor ha querido sea una formación obligatoria, además se ha ampliado a todos aquellos que en su tarea tienen contactos con menores.
humo. La Red de Abuso Sexual Eclesiástico cuestionó con dureza la iniciativa de Puiggari: entendieron que se trata de puro humo, una cortina de humo, y que se plantea a destiempo, por cuanto el primer caso de abuso, el que involucra al cura Justo José Ilarraz, se conoce desde hace 30 años, y hace 5 años llegó a la Justicia. Cayó mal esta decisión. Nos parece que crear esta comisión después de tanto tiempo no ayuda y resulta sospecho, más teniendo en cuenta que en pocos días empieza el primer juicio oral a un sacerdote, señaló Fabián Schunk, de la Red.
Al respecto, cuestionó que no exista una víctima de abusos integrando esa comisión, y que todos los que la componen respondan al discurso oficial de la Iglesia Católica de Paraná, y más precisamente a la línea de Puiggari. Debería haber algún profesional neutral, que no tenga relación directa con la Iglesia, apuntó.