Tras el rechazo de algunos gobernadores, Alberto Fernández no impondrá un toque de queda nocturno obligatorio y dejará la
decisión en manos de cada provincia.
Santiago Cafiero había anunciado que la norma sería publicada este viernes en el Boletín Oficial, algo que todavía no sucedió.
Los trascendidos indican que esa demora responde a que finalmente no habrá una veda obligatoria y con horario a definir por
cada provincia, sino una "recomendación".
Es que tras los dichos del jefe de gabinete, varios gobernadores -especialmente los de provincias grandes- avisaron que no
acatarían el decreto y mantendrían las restricciones que actualmente tienen vigentes, sin limitar la circulación.
La resistencia la lideró el cordobés Juan Schiaretti avisó que los horarios se mantendrán iguales (bares y restaurantes hasta la
1:00 am y comercios hasta las 23 horas) y que la apuesta de su gestión pasa por la prevención, los testeos y a renovar la
concientización social. Una posición similar adoptaría el mendocino Rodolfo Suárez.
En tanto, Horacio Rodríguez Larreta habría respaldado la idea de imponer un horario de cierre de las actividades nocturnas (entre
las 24 y la 1 de la mañana) pero no estaba de acuerdo con limitar la circulación en la Ciudad de Buenos Aires.
Otro que se diferenció fue el santafesino Omar Perotti. "La idea es no prohibir nada. Lo que haremos es aumentar los
mecanismos de control y el llamado al convencimiento y a la toma de conciencia", planteó el gobernador.

Perotti había planteado durante la reunión virtual de Alberto con los gobernadores la necesidad de que cada provincia se reserve
la facultad de adecuar el DNU. "Cada uno en su provincia tiene regiones con muchos casos, con casos crecientes, y algunas que
no, entonces que no queden englobados todos en una misma medida", dijo.
Finalmente fue esta la propuesta adoptada por Alberto Fernández, aunque en Nación analizan incluir unos parámetros sobre la
evolución de los casos que obligarían a los gobernadores a imponer restricciones -en principio- nocturnas. Algo similar al
sistema de fases que rige en la provincia de Buenos Aires.
Lo curioso de este giro de Alberto es que durante la reunión del miércoles pasado con los gobernadores desde la Rosada hicieron
trascender que los gobernadores habían respaldado de manera unánime las propuestas del presidente. Un día después lo
obligaron a dar marcha atrás.
Al rechazo de los gobernadores se sumó también el de los intendentes de ciudades turísticas, que rechazaban de plano las
restricciones, y de los empresarios del sector gastronómico y otros como los teatros, de los más golpeados en 2020